martes, 26 de mayo de 2015

Berlín

(2005)

I

Insisto en la grandeza
recito
apalabro
juego
por la noche
soy un pez

amanecer cuesta
un taxi
una ironía
un sueño
una promesa
un túnel
venas

II

Hiervo
música desafinada
la estantería
se
deshoja

la muerte
despide
promete
ríe
muerde
nunca saluda
y
suena


lunes, 25 de mayo de 2015

La puerta perfecta

Cuando llegaba siempre estaba tumbada y gimiendo junto a la puerta, esa era la frontera que debía cruzar para adentrarse en ese mundo que tanto temía. Todos los días se acercaba lentamente e intentaba cruzarla, cuando estaba a punto de conseguirlo estallaba en llanto y se dejaba caer, se convertía en un adorno más de la casa hasta mi llegada. Cambiábamos de puerta cada dos meses, me gritaba despiadadamente cuando le ponía objeciones a esa extravagancia agorafóbica, estaba convencida de que en la puerta estaba el problema. Tuvimos todo tipo de marcos, las formas cada día eran más raras, ella se encargaba de diseñarlos. Un día la encontré en la calle, y sorprendido le pregunté cómo se encontraba, me sonrió mientras señalaba a los vecinos agolpados en torno a nuestra casa, al acercarnos todos se alegraron al vernos, nos preguntaban cómo se había producido la explosión. Ella me susurró que había conseguido diseñar la puerta perfecta.

(2003)

sábado, 16 de mayo de 2015

Sobre toros, toreros y gallinas

Lo que no se ve no existe. Esa es una de las premisas fundamentales para entender al 
occidental urbanita. Desde que nacemos, no vivimos el proceso que genera la mayoría 
de las cosas, así, no asociamos de forma visceral, aunque lo sepamos, el tratamiento que 
te salva la vida con la experimentación animal, o la comida con la explotación intensiva 
de gallinas, vacas, cerdos, etcétera.

En cada una de las actividades anteriores, en muchos casos, los animales sufren no solo
en un momento puntual de sus vidas, si no desde que son gestados, los vídeos que puedes
buscar por youtube son escalofriantes.

Llegados a este punto, y para ser consecuente con el título de la entrada, cabría
preguntarse, ¿qué es lo que hace que alguien que come huevos de gallinas criadas 
en jaulas, toma leche, se pone unos zapatos de cuero, o se toma una medicación a la 
que se llegó tras experimentar con animales, se escandalice con los toros? Pues 
precisamente por lo que hablaba al principio, porque se lo enseñan, le muestran por 
televisión, periódicos y demás, lo vive como parte de la herencia popular, y desde 
ese momento empieza a existir.

He aquí el meollo de la cuestión, la sociedad está construida sobre el sufrimiento de los
animales, argumentar contra los toros diciendo que el animal sufre es incompleto, e
incoherente, por lo dicho antes. Las corridas es urgente abolirlas porque ese sufrimiento
animal, del que somos participes todos los días, en ese caso se produce solo por diversión,
y no para alimentar, vestir o curar. Y dicho ésto, ojalá ningún animal tuviese que sufrir nunca,
y ojalá fuésemos todos veganos.

Para los otros casos sería necesario que al más alto nivel se tratase el tema de la ética con
la relación con los animales, y se intentase reducir al mínimo su sufrimiento para el
mantenimiento o avance de la sociedad, como siempre intentando alcanzar la utopía,
el sufrimiento cero. Y desde esta perspectiva el sufrimiento de animales por diversión
sería lo primero a suprimir.

sábado, 2 de mayo de 2015

Boris Vian y la muerte (tres poemas)

Moriré de un cáncer de columna vertebral
Será en una noche horrible
Clara, cálida, perfumada, sensual
Moriré de podredumbre
De algunas células poco conocidas
Moriré de una pierna arrancada
Por una rata gigante surgida de un agujero gigante
Moriré de cien cortes
El cielo caerá sobre mí
Se hará añicos como un vidrio pesado
Moriré de un grito
Que reviente mis tímpanos